¿Cuáles son los mejores ejercicios corporales que puede hacer un pianista?
Pues mira, ninguno.
La respuesta es bastante radical y reconozco que busca impactar para que sigas leyendo un artículo que va a ser largo, no te engaño, pero en el que voy a compartir contigo una de las claves de mi bienestar.
Si continúas, hazlo con una mente abierta para acoger un punto de vista quizá chocante y quizá revelador sobre un tema tan importante en nuestras vidas.
Así entiendo yo la salud
Hace años veía la salud como algo compuesto de muchas partes poco relacionadas entre sí.
En primer lugar, solía separar tajantemente las cuestiones de salud fisiológica (o sea del cuerpo) de las cuestiones psicológicas (emociones, pensamientos…), por mucho que tuviera presente cómo de conectadas están esas dos áreas:
- unos nervios antes de un examen que me daban dolor de estómago
- una conflicto con una persona que me hacía difícil respirar con normalidad
- una etapa larga de mucho ajetreo que culminaba en una bajada de defensas
- etc etc etc.
Por otro lado, veía mis sistemas corporales (digestivo, circulatorio, respiratorio, reproductivo…) como me los habían presentado en la escuela: conjuntos cerrados de órganos desconectados de los demás. Si tenía orzuelos, ¿a qué santo iba yo a cuestionarme si tenía el hígado mal?
Para remate, la parafernalia sanitaria imperante, con todos sus profesionales hiperespecializados, parecía ayudar a reforzar ese mapa conceptual.

La reflexión crítica sobre mi entorno a lo largo de los años me ha llevado a cuestionar esa visión compartimentada del bienestar del ser humano.
Por eso en lo que queda de este post quiero hablarte de la salud según un enfoque totalmente opuesto.
Viraje de 180 grados con las cosas del cuerpo serrano (y la mente)
Hoy por hoy creo en un enfoque holístico de la salud humana.
Ahora veo al ser humano como una unidad donde cada órgano, cada tejido, cada célula se entrelazan para conseguir el equilibrio global físico y psíquico más perfecto posible.
Ahora cuando tengo:
- alguna molestia o dolor
- o bajas energías
- o pensamientos negativos
- cuando respiro con dificultad
- cuando estoy triste o enfadado
- cuando tengo fiebre…
no veo todas estas cosas como males a combatir con un tratamiento químico o una terapia de choque de efecto rápido.
Para mí son mensajes de aviso de que se está produciendo un desequilibrio físico-emocional a un nivel más profundo, menos evidente, que necesita pasar por un proceso de reajuste que durará el tiempo que tenga que durar.
Desde luego, esta visión es totalmente incompatible con la exigencia estrella del sistema actual: la persona enteramente adaptada a los ritmos productivos dictados.
Tengo grabado a fuego el eslogan de un anuncio de pastillas: «Usted no puede parar por un dolor de cabeza«. Creo que es el símbolo máximo de la Modernidad en cuanto a salud de refiere.

Para quien tiene como prioridad real el cuidado de su salud, recurrir sistemáticamente a la pastilla no puede ser una solución.
Yo me tomo esa prioridad muy en serio.
De ahí que las medidas que tome sean hábitos que creo que ayudarán a mantener mi equilibrio profundo o a restablecerlo.
Sé que aquí entro en el terreno de las creencias y valores personales sobre qué es lo saludable y lo que no. No voy a entrar en eso.
Simplemente quiero aprovechar esta oportunidad para compartir contigo cuáles son los hábitos en pro de mi salud que yo hago en mi vida cotidiana:
- Irme a dormir en el preciso instante que me viene el sueño
- Despertar de forma natural (sin despertadores) y levantarme sólo cuando estoy psicológicamente preparado
- Alimentarme en coherencia con mi genotipo, así como sin pesticidas, refinados o aditivos químicos
- Hacer por mantener un estado alto de consciencia sobre mis pensamientos a lo largo del día, e indagar en ellos cuando no lo he conseguido
- Cultivar la relación con personas con las que me siento bien y con las que crezco
- Organizarme el tiempo para lograr mis objetivos de vida, pero con la flexibilidad necesaria para aceptar cambios de planes
- Expresarme con libertad a través de la música, o el movimiento
- Hacer alguna actividad de cierta duración que implique un movimiento general de todo mi cuerpo enérgico pero moderado
- Antigimnasia®
¿Y qué hay de los ejercicios corporales específicos como pianista que soy?
Como ves, en esta lista no aparecen ejercicios para calentar antes de tocar el piano, o para estirar los músculos después de tocar, o para prevenir lesiones y engarrotamientos musculares producidos por la práctica con el piano.
Quizá te hayas topado con recetas de ese estilo porque hay muchas. Cuando yo me tropiezo con ellas, me parece que me estoy convirtiendo en un muñeco articulado grotesco, con unos dedos que bajan teclas, unos pies que bajan pedales y un cuello que gira para controlar dónde se cuece la acción sobre el teclado. Punto.
Pero soy mucho más que eso 🙂

Yo nunca hago ejercicios pre o post específicos para el hecho de tocar el piano.
Sí, en esto también soy un bicho raro entre los músicos 😀
En el siguiente apartado es donde por fin te cuento qué tipo de ejercicios hago entonces y por qué son tan especiales. ¡Sigue leyendo!
La gimnasia que ayuda al cuerpo a la chita callando
Existe un enfoque de ejercicio holístico que es el que yo aplico como hábito de vida saludable.
Con él me cuido a nivel general, como unidad. Nada de partes separadas…
Este enfoque es la Antigimnasia®.
La Antigimnasia® fue desarrollada por la francesa Thérèse Bertherat hacia los años 70 del s.XX. Viene a decir entre otras cosas que el sistema nervioso del ser humano dejó de tener presente ciertas partes del cuerpo antiguas y primarias como la columna vertebral y toda la gran cadena muscular trasera del cuerpo desde la coronilla hasta la planta de los pies (a la que ella llama «El Tigre»).
Esto fue en el momento de la evolución humana en que el sistema nervioso empezó a dedicar casi toda su atención a otros elementos «revolucionarios» como el pulgar capaz de coger o la lengua capaz de articular palabras.
Y como el cuerpo tiende a mantener en buen estado y cuidar las partes de las que es más consciente, esa parte primigenia «olvidada» recibe toda clase de pequeños y grandes maltratos involutarios a lo largo de nuestra vida. Esa es la clave de muchísimas dolencias y malestares que aparecen por otros lugares del cuerpo (también por nuestro lado psicológico).

La gracia de la Antigimnasia® consiste en hacer los sencillos ejercicios que propone Bertherat, no para desarrollar la fuerza o la elasticidad en alguna parte del cuerpo en concreto al estilo de una sesión de gimnasio, sino para ayudar a nuestro sistema nervioso a redescubrir esos rincones olvidados del cuerpo,
Así acabarán recibiendo el buen trato merecido a su debido tiempo.
Como ves, la Antigimnasia® es una estrategia muy a fuego lento y requiere de construir el hábito. De nuevo, todo lo contrario a medidas exprés como tomarse una pastilla.
Es muy curioso que Bertherat llame a estos ejercicios «premoniciones». Suena peculiar y hasta algo esotérico, pero en realidad es una palabra de lo más acertada.
Cuando acabas de hacer cada uno, ella siempre invita a que te tomes un corto momento para repasar cómo está ahora tu cuerpo.
Se producen situaciones reveladoras como que notas tus hombros más relajados, cuando en el ejercicio has estado trabajando ¡la zona de los muslos! O sientes que la distribución de tu peso cambia en posición de pie después de trabajar con el cuello…
Por eso hay algo de premonición. Vislumbras por un momento cómo puede mejorar la sensación general de tu cuerpo a largo plazo.

Tras algunos meses de práctica yo ya estoy observando mejoras en mi cuerpo como una posición más estable al andar o una respiración más profunda y consciente. Son cambios que han llegado solos, en el momento que les tocaba. Nunca tras hacer un ejercicio que hubiera parecido tener ese objetivo específico. Y aun así siento que esas mejoras han surgido de los ejercicios de Bertherat.
Lo mejor es que vivo esas nuevas sensaciones acompañadas de otras de tipo emocional: más serenidad, más seguridad en mí mismo, más concentración.
Y aún te digo más: cuando toco el piano, siento un mayor nivel de consciencia sobre la postura, la respiración, mayor libertad de movimientos, un sistema nervioso más atento…
Todo sin hacer los típicos ejercicios antes y después de sentarse frente al teclado.
Así que, volviendo a la cuestión de la gimnasia para pianistas más adecuada, te puedo decir que para mí no es ninguna que se venda como tal.
Pero, atención, no creas que para sustituir los típicos ejercicios pre y post ahora te estoy vendiendo los de la Antigimnasia®. La conclusión de mi post no es: «Hazte una tabla con los ejercicios de la Berterat, que es la panacea y te sentará genial igual que a mí».
La Antigimnasia® sólo es mi elección personal. Si tú conoces algún otro enfoque de ejercicios con el que te identifiques más, ¡adelante con él!
Mi gran deseo es que te puedas cuidar como cuerpo y como «espíritu» de forma integral, y que eso sea un trabajo de fondo, un hábito para toda tu vida de aquí en adelante.
Ole, no coneixia l’antigimnàstica, però em sona prou semblant a la Tècnica Feldenkrais o Alexander. Molts músics les practiquen (espere que no siguen eixos exercicis als que et referies abans, com desconnectats i simplement tècnics). Aquestes festes voldria posar-me les piles de nou amb els tutorials que no he pogut seguir (sí, per excés de feina, estrés…). Vaig alternant amb les sessions de meditació i cant (amb Dayani, que toca instruments indis molt càlids) i amb les meues sessions casolanes d’autoaprenentatge amb el meu ngoni, un instrument de Malí que ressona per tot el cos i et convida a entonar melodies desconegudes. Sí, jo també sóc un poc friki… En fi, que la música ens acompanye sempre! Aquesta no falla mai.
Espere que estigues bé. Una abraçada,
Mireia.
Hale, pues ja tens una idea més per explorar, Mireia! jeje.
Jo l’Alexander no la conec, i de la Feldenkrais vaig començar a llegir un llibre de l’autor però li trobava algunes pegues i el vaig deixar. Tal volta més endavant. Estic en constant aprenentatge jeje, com una que jo sé… 😉
Aaah, conec a Dayani! Transmet molta pau i emoció amb la música! Precisament des que vaig participar en una sessió de cant acompanyat de surpeti amb ella, m’he sentit atret per eixos instruments tan penetrants que et donen només un so continuat sobre el qual traure tu la teua expressió a través del cant.
Així que em tens que ensenyar el ngoni, que m’ha picat molt molt molt la curiositat.
Besots, Mireia!
Aquí no hay «like»? ja ja ja ja
Estoy totalmente de acuerdo. Mucha gente vive desconectada de su cuerpo y muchas soluciones a dolencias vienen de escucharte y también la prevención. Notar que pasa cuando tomas eso o cuando no dices algo. Yo recomiendo probar otras cosas de lo habitual y quedarte con la que resuena contigo (si es lo habitual, pues eso). La curiosidad no siempre mata al gato, a veces lo cura 😛
Noo Adri, no hay «like». Si quieres, un buen sustituto puede ser compartir el post en alguna red social donde estés jejeje…
Ahora en serio, es verdad. ¡Hay tantos enfoques del bienestar que tienen su sentido! La Antigimnasia es muy de auto-observarse, como tú has apuntado, pero existen decenas de visiones que guardan el mismo espíritu holista. Sólo hay que tener ganas de abrir la mente y conocerlas.
Creo que está en nuestras manos abrazar unos u otros… 🙂
Coincido totalmente con tu manera de pensar,lo que si no conocía lo de la antigimnasia.
También coincido con la mayoría de los habitos,pero algunos no se me hacen fáciles cumplirlos. Saludos!
Hola Sabrina. Gracias por tu comentario! Pues felicidades por hacer los que SÍ haces. ¡Celebra que has podido mantenerlos! 😀
¿Cuáles te cuesta más de seguir?
Muy buenos días maestro Omar Culata
Le escribo desde Colombia, más MB del departamento de La Guajira.
Me parece interesante su blog y desearía que me pueda dar más explicaciones sobre la Antigimnasia de Bertherat.
Hola Osvaldo. He sentido curiosidad por tu zona y he buscado alguna información básica. El entorno de Bahía Honda tiene que ser bello… 🙂
Respondiendo a tu cuestión, yo casi todo lo que aprendí de Antigimnasia lo extraí del libro de Thérèse Bertherat «El cuerpo tiene sus razones». Ahí ella explica cómo llegó a sus conclusiones y qué ejercicios («premoniciones» los llama» recomienda. Luego también consulté el libro «Mi curso de Antigimnasia», elaborado junto con su hija Marie. Éste es mucho más práctico. No expone tanto su pensamiento.
Según yo la entiendo, el principio básico de la Antigimnasia es que nuestro cuerpo, en el momento de su evolución en que empezó a desarrollar las capacidades de la mano y del habla, dejó olvidada la consciencia sobre las cadenas musculares fundamentales para que nuestra fuerza y movimiento tengan pleno potencial.
Así, los ejercicios que propone tienen como objetivo hacer despertar a la consciencia de nuevo en esa amplia zona que va por detrás del cuerpo desde la coronilla hasta la planta de los pies.
Hay profesionales con certificación acreditada o sin ella repartidos por muchos lugares del mundo que imparten cursos sobre este enfoque de consciencia corporal. Quizá puedas encontrar alguno en La Guajira o cerca.
En este enlace puedes consultar dónde hay profesionales con certificación: https://antigymnastique.com/es/donde-practicar-la-antigym/
¡Espero haberte ayudado!
Saludos afectuosos desde Valencia, España.
PD: Mi apellido es Vilata 😉
Buenos días, me llamo José Luis, tengo 60 años y estoy aprendiendo a tocar el órgano en el conservatorio.
Siento curiosidad por el sistema «antigimnasia» creo que me podría ayudar para combatir la tensión en los hombros y la espalda, cuando llevo algunas horas tocando.
Muchas gracias.
Hola José Luis.
Acerca de la Antigimnasia, te puedo recomendar que leas el libro de su creadora, Thérèse Bertherat, “El cuerpo tiene sus razones». Aparte de citar algunos ejercicios (que yo he incorporado a mi rutina diaria) también expone el trasfondo teórico de su enfoque.
A un nivel más light (con menos explicación y más casos prácticos) también está “Mi curso de Antigimnasia”.
Aparte de esto, quizá haya en tu zona de residencia profesionales que se dediquen a acompañar en el uso de Antigimnasia. Yo nunca he ido a uno porque son ejercicios sencillos, pero no dudo que ponerte en manos de alguien con más experiencia pueda ser de utilidad.
La Antigimnasia te puede ayudar a tomar conciencia de hombros y espalda mientras estás tocando para que no se sobrecarguen. Revisa también tu mundo intelectual. Una idea estresante puede hacer mucho más daño a tu cuerpo que una mala postura 🙂