¿Eres humano? Tienes musicalidad aunque no lo quieras.
Cuantísima gente que está empezando con el piano dice: «primero tendré que hacer ejercicios de técnica pura y dura que, sí, son feos y repetitivos, pero es lo que me toca. Más adelante ya podré interpretar y tocar con musicalidad».
Qué manía con que para hacer algo de calidad o abarcarlo con produndidad hay que esperar a un futuro lejano. ¡Uff, qué sociedad más cansina!
[Si te interesa el tema, échale un vistazo a este post donde entro en harina sobre
cómo el sistema crea modos de aprendizaje centrados en el futuro]
Cuando en las clases me he topado con esas personas tan bien enseñadas, le digo: «sintiéndolo mucho, sólo por ser un espécimen humano, quieras o no interpretas y tocas con musicalidad».
La historia está en ser consciente de ello y potenciar al máximo esas capacidades.
Que lo sepas: tu oído exige protagonismo.
¿Conoces la típica broma de decir muy seguido y muchas veces la palabra monja hasta que llega un punto en que se metamorfosea en jamón?

Nuestro oído empieza percibiendo el inicio del elemento repetido en la sílaba «mon», pero basta que alguien nos hable del jamón o que sea la hora del almuerzo para que el oído cambie su percepción de los inicios a la sílaba «ja».
Y sin embargo la larga retahila de sonidos es objetivamente la misma.
Ésta es la prueba de que el oído no es un hoyo a donde caen los sonidos del entorno de forma pasiva, sino un filtro activo al estilo humano, o sea que interpreta estímulos según significados, estructuras y emociones asociadas.
Pero, ¿cómo reconozco las estructuras cuando no conozco el idioma?
Con la música instrumental pasa como cuando oímos un idioma del que no conocemos los significados.
Hay una retahila de sílabas y, queramos o no, nuestro oído «decide» percibir los límites entre palabras de forma creativa, seguramente por comparación con los idiomas que sí dominamos.
A estas alturas ya debes de conocer mi lado freak por el Festival de Eurovisión. Pues bien, la canción de Hungría en 1994 dice en un momento «De lelkem szunnyadó tűzmadár«. Desde que conozco esta canción siempre he percibido la siguiente separación entre palabras: «De lel kemszunnya dó tűz madár«.
Claro, mi oído quería escuchar algo como: «De la camsuña do tis modar«, igualmente sin sentido pero más amoldado a mis mundos verbales castellano y valenciano. Fue cuando aprendí húngaro 10 ó 12 años después que me divertí un rato con el re-cableo de esta frase jejeje.
Seguro que tú has tenido una experiencia similar con un idioma extranjero o incluso con tu idioma materno cuando aún no lo dominabas del todo siendo aún una criatura.

La magia de la música sin palabras es que siempre podemos percibir de manera creativa los límites entre células o motivos pequeños dentro de una serie larga de sonidos.
Nunca llega el momento en que aprendes el significado de las palabras, como me pasó a mí con la canción húngara, porque la música ¡no tiene de eso!
Así que los pasajes de muchas notas seguidas son un pozo sin fondo de estructuras que crear y recrear a nuestro antojo. ¡Mola!
Se trata de darle al oído lo que necesita y tocar en coherencia con eso.
Y tocar con este planteamiento es tocar con musicalidad. Es descubrir el significado, o mejor DÁRSELO TÚ, y convertirlo en sonidos de piano 🙂
Para que te inicies en esta maravillosa práctica te he traído este nuevo Juego para Pandas bajo el Agua.
Descubre los mensajes ocultos en la música Mozart y crea los tuyos propios. ¡A jugar!
Mejora tu musicalidad tocando el aria de la Reina de la Noche
Lo dice la tele: hay que elegir entre una postura o la otra
(teclas en interior)
Agilidad 1:
(5:28 y 5:47)
Mariano Rajoy
Constitución
Constitución
Agilidad 2:
(5:32 y 5:51)
Mariano Rajoy
Constitución
Constitución
Agilidad 3:
(5:35 y 5:54)
Mariano Rajoy
Constitución
Constitución
Constitución
Constitución
Constitución
Constitución
Agilidad 1:
(5:28 y 5:47)
Carles Puigdemont
Independència
Desde ja
Agilidad 2:
(5:32 y 5:51)
Carles Puigdemont
Independència
Desde ja
Agilidad 3:
(5:35 y 5:54)
Carles Puigdemont
Independència
Desde ja
Independència
Desde ja
Independència
Desde ja

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Créditos del Singspiel «La Flauta Mágica» (1791):
Wolfgang Amadeus Mozart, compositor
Diana Damrau, soprano
Orquesta del Covent Garden
Colin Davis, director de orquesta
La finalidad del uso de esta música y vídeo en este tutorial es puramente didáctica.
Para cualquier duda sobre derechos de autor, puedes contactarme aquí.
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Funciona gracias a YARPP.
A mi me recuerda a canciones inglesas en las que oyes palabras castellanas. La mente necesita una estructura que comprende para no aburrirse. Ojalá hubiera tenido algo así para aprender la tabla de multiplicar!! Ja ja ja
Como siempre gracias por los vídeos, son muy interesantes, educativos y divertidos.
Síii, es verdad! Como el «chinito pescando» en Hotel California no? jejejeje… La mente así se implica intelectual y emocionalmente. Lo mismo con la música: puedes implicarte con ella y disfrutar expresando el significado que le hayas dado, o seguir pensando que es un gurruño incomprensible 🙂
Gracias por tu comentario!! 😀