Aprende a ser tu mejor profesor
Mira, a mis clases acuden muchos alumnos que, aunque empiecen de cero, ya traen consigo un concepto formado de lo que debería ser aprender a tocar el piano. Tienen ideas preconcebidas que han oído aquí y allá, y esperan de mí que yo sea un profesor al uso que las sea coherente con ellas.
Pero, qué le vamos a hacer, soy un profesor incómodo…
En el tema concreto de las escalas, digamos que mi postura es colocarlas en el lugar que se merecen: hay que cogerlas de la manita, como niñas indefensas que son, y bajarlas del altar donde se las ha colocado sin ellas pretenderlo.
En mi libro Armonía gravitacional pruebo que las escalas musicales NO son el origen de las armonías, o «acordes» como se suele decir, sino al contrario. No voy a repetir aquí todos mis argumentos en favor de esta tesis. Para no alargar innecesariamente este post, aquí sólo diré que las escalas no son más que una de las millones de fórmulas de organización melódica de los sonidos. Sus requisitos:
Más allá de las razones armónicas, a las pobres escalas también se las ha coronado tradicionalmente como las reinas de los ejercicios técnicos (junto a arpegios, notas dobles y demás patrones) que por obligación todo pianista tiene que dominar, a ser posible a una velocidad de vértigo, para ganarse el derecho a empezar a hacer música, o sea tocar piezas con un valor estético.
A mí no me interesa perder el tiempo torturando mis dedos escala para arriba, escala para abajo, sino valerme del maravilloso instrumento que es el piano para hacerle sonar música con contenido y que yo y otros podamos disfrutar. Si en medio de cualquier obra aparece una escala, entonces pondré el máximo empeño para resolverla técnicamente dentro de su contexto musical. Aparte de esto, nada más.
No obstante, soy consciente de que a muchas personas les sigue interesando aprender el secreto de las escalas, así que he preparado el resto de este post para compartir la manera en la que entiendo cómo están construidas desde el enfoque de Armonía gravitacional. Ahí va…
En cualquier libro de teoría te encontrarás con la típica secuencia de tonos y semitonos para definir la forma que toman escalas musicales de distintos tipos.
Así pues, la escala más famosa, la escala mayor, vendrá acompañada la no menos conocida secuencia:
Tono – Tono – Semitono – Tono – Tono – Tono – Semitono
Lo que se nos dice es que, dependiendo de qué tipo de escala tengamos, los semitonos se irán moviendo entre unos grados y otros, lo cual ya de entrada transmite la falsa impresión de que la diferencia normal entre notas es el tono.
Sea como sea el trasfondo teórico, recordar ese orden de tonos y semitonos no es demasiado complicado, y hasta tiene cierto encanto rítmico al pronunciarlo. Como cuando recitábamos las tablas de multiplicar en el colegio.
Pero, claro, no está la escala mayor sola en el mundo de la teoría musical. Tenemos también la escala menor natural, la escala menor armónica y la escala menor melódica. Y después vienen los mal llamados modos griegos o medievales (otra mito que también desmonto en Armonía gravitacional). Luego existe una variopinta paleta de escalas exóticas sin fin, etc etc etc.
¿De verdad tienes estómago para memorizar la secuencia de tonos y semitonos de todas ellas?
Bueno, entiendo que ahora mismo pienses que no te queda otra y te dispongas a hacerlo con resignación.
Pero aquí llega la buena noticia: hay otras maneras. Aunque no te voy a engañar. También con ella hay que hacer un esfuerzo de memorización. Sin embargo verás cómo aquello que te propongo memorizar es mucho más agradable. ¿Por qué? Pues porque TIENE SENTIDO, se puede COMPRENDER. ¿No es esa suficiente motivación?
Ahora mismo te voy a dar ejemplos prácticos para que construyas las escalas más frecuentes desde cualquier tecla del piano. Vamos allá.
Mira, tomemos la escala mayor (o jónica). Pero empecemos a verla con otros ojos. Date cuenta de que sus sonidos no son sólo una cadena en la que un eslabón está solamente relacionado con su eslabón anterior y con el siguiente.
Empecemos a entender que sus sonidos también pueden guardar un parentesco más o menos directo con el sonido que ocupa el grado I. Y no estoy hablando de definir qué intervalos hay sino de la información armónica.
Pensemos que el sonido del grado I tiene el papel de tónica principal de la escala en la que estamos.
El grado V guarda una relación directa con él, asumiendo el papel de dominante principal, y el III, de mediante mayor principal. Juntos forman la armonía perfecta mayor de la tónica principal.
Por cierto, que si quieres encontrar las teclas que necesitas por tus propios medios pero no tienes formación previa en Armonía (acordes) o ni siquiera estás muy familiarizado con los nombres de las notas, puedes bajar gratis mi librito Presume de acordes tan solo con suscribirte a mi blog (que también es gratis).
Por otra parte, el sonido con función de dominante principal puede ser a su vez tónica (secundaria) en una nueva armonía perfecta mayor. Su propia mediante mayor ocupará el grado VII (la gente suele llamar a esto sensible) y su propia dominante, el grado II.
Para los que están acostumbrados a formar armonías en posición fundamental cerrada quizá sería más fácil colocar este último sonido de dominante de la dominante en el grado «IX», pero, como hemos dicho más arriba, lo que pretendemos es construir una escala en el ámbito restringido de una octava.
Y para terminar, aún podemos formar una tercera armonía encadenada tomando el sonido con función de dominante de la dominante principal también como tónica secundaria (terciaria en realidad). Pero esta vez formaremos una armonía perfecta menor, y no mayor.
Quizá te venga esta duda a la cabeza: ¿no se supone que si queremos construir una escala mayor al menos estas tres armonías más importantes tendrían que ser todas mayores? Para nada. La esencia de la escala mayor es la presencia de la armonía mayor de la tónica principal, en este caso do-mi-sol, contrastada con la magnificación de la tensión entorno a la dominante principal. De ahí que:
Soy consciente de que todas estas explicaciones ya son meterse en pormenores que exceden a este artículo, así que de nuevo te invito a que aclares estos temas con la lectura de Armonía gravitacional.
Entonces, retomando el asunto, el sonido de dominante de la dominante de la dominante quedará en el grado VI, y el de mediante menor de la dominante de la dominante, en el IV.
Y con esto y un bizcocho (o sea añadir la tónica aguda del grado VIII, que es realidad es otro I) ya tendríamos la escala completa.
¿Muy complicado? Pues puede ser. Acabamos de utilizar un paradigma distinto al que tenías en la cabeza hasta ahora. Es normal que sientas rechazo.
Pero si de verdad te interesa entender cómo funciona esto de la música, en lo que te has metido con tanta ilusión, será mejor que flexibilices tus esquemas y des cabida a otros nuevos dotados de mayor sentido.
¿Qué tendríamos que hacer entonces para formar, por ejemplo, una escala menor melódica?
La operación es sencilla. Sigue los mismos pasos que en la escala mayor pero al principio, en la armonía perfecta de la tónica principal, cámbiale el sonido con función de mediante para que su modo ya no sea mayor, sino menor. Eso es todo.
Construyendo así la escala nos damos cuenta de que su esencia es seguir manteniendo un alto nivel de protagonismo para la tensa y expectante dominante, a la vez que damos ese toque oscuro a la armonía de la tónica a través del modo menor.
Ahora hagamos un experimento. Di en voz alta la secuencia correspondiente a las escalas menores melódicas: Tono Semitono Tono Tono Tono Tono Semitono. ¿Qué nivel de contenido emocional e intelectual te llega comparando con la explicación del párrafo anterior? Para mí, del cielo a la tierra. Seguimos.
Aunque nunca se dice, la escala mixolidia es una escala mayor. Quiero decir que lo más importante en ella es que la armonia de su tónica principal es una tríada perfecta mayor.
Tiene por lo tanto un carácter similar a la comúnmente llamada mayor, a secas, pero transmite mucha más estabilidad porque al sonido con función de dominante principal se le han restado algunos apoyos importantes y ya no es capaz de inspirar una contraposición tan chocante respecto a la tónica principal.
Yendo a lo práctico, la diferencia está en el segundo paso de construcción de la escala. La armonía de la dominante principal ahora está en modo menor. El grado VII es el que se ve afectado.
El resto queda todo igual y el resultado final es éste:
Aquí te dejo la manera en la que te propongo construir otras escalas muy conocidas según el mismo método armónico.
Échales un vistazo y sigue los pasos usando tu piano, mientras vas descubriendo de qué tipo son cada una de las armonías que estás encadenando.
Después de esta pequeña muestra, lo que trato de decirte en resumidas cuentas es que son las variaciones que experimentan estas tres armonías encadenandas las que determinan el que esos tonos y semitonos vayan desplazándose.
Todo tiene sentido ahora. Ése es uno de mis objetivos como profesor de piano: que el aprendizaje se mantenga siempre en un equilibrio entre los contenidos técnicos, mecánicos, pero también sensoriales, emocionales e intelectuales.
Espero que te sea de utilidad y ¡feliz aprendizaje!
¡Hola desde Valencia, España, a todo el público hispanohablante!
Soy un explorador incansable, aprendo a mejorar cada día a nivel humano y mi máximo reto es hacer llegar un mayor nivel de conciencia a todo el que esté interesado en ello.
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